Las galerías están entre las salidas de los inmuebles más desaprovechadas, y de las cuales sin embargo pueden obtener muchas ventajas, con la sola instalación de estructuras de cerramientos a la medida. El acristalamiento de galerías está entre los trabajos que realizan los profesionales de los cerramientos. Las galerías son lugares con una longitud considerable, en algunas ocasiones incluso de decenas de metros, y también estrechas. La ganancia de metros cuadrados en el interior de los inmuebles, es posible con la instalación de estructuras adecuadas, con materiales como el vidrio templado.
Las estructuras de vidrio templado son resistentes, estables y eficaces, ofreciendo un aislamiento del exterior. Se consigue que las habitaciones se vean ampliadas mediante elementos abiertos al exterior, al menos en lo visual. El sellado debe ser total para evitar fugas de aire que serán un factor negativo en cuanto a la ganancia de eficiencia energética por parte de los inmuebles.
El cristal templado es uno de los materiales de cerramientos más fiables, porque son resistentes, pero en el supuesto caso de que se rompieran las láminas de cristal templando, no supondrían un problema ni ningún peligro para las personas, pues el material está diseñado para deshacerse en gránulos de tamaño muy pequeño en caso de romperse.
El aluminio es otro de los materiales que se utiliza para los cerramientos de galerías, un producto que puede ser combinado con el cristal para obtener estructuras resistentes y estables, y sobre todo prácticas. El aluminio con rotura del puente térmico asegura aislamiento del frío o el calor, así como del polvo. Si lo desean, los usuarios pueden optar a cerramientos sin perfiles o cortinas de cristal, estructuras a través de las cuales se consigue una excelente visibilidad exterior. Se trata de estructuras válidas para cerramientos de galerías, así como para aislar otras salidas de los inmuebles.